¡LUCHADORA!
Trabajó duro para alimentar a los suyos
Dicen que madre , es aquella que muchas veces se quita el
pan de la boca para dar de comer a su engendro , aquella que cuando tienes
miedo te da la seguridad que nada malo pasara, aquella que te arrulla y trata de “bebe” al que dice ya haber madurado
, aquella que busca corregir a como
dé lugar en la comportamiento
erróneo del hijo, aquella que las palabras para describirla parece no alcanzar.
Martha , tenía solo
siete años cuando empezó buscar el pan diario de casa , cruzaba el embrionario segundo año de primaria y ya sabía que era ganarse la vida, alimentaba a diario quince cerdos de su madrina,
aquella en cuyos ojos había encontrado la esperanza de sobresalir a su temprana
edad , ¿La causa?, mamá estaba
enferma y postrada en cama , su lagar
destilaba el olor del medicamento y las sabanas las lágrimas de la enfermedad ;
Leonardito, su único hermano, necesitaba entrar al Kínder .
En su infancia, esta mujer forjadora, trabajo mientras el
día y la enfermedad duraron. El descuido estudiantil , nunca tuvo ,lugar en su vida , pues pese al
trabajo duro que realizaba , el primer lugar
y la diploma segura en la escuela , la tenía ella.” Nunca hice que el
trabajo fuera mi excusa para no estudiar, a veces la vida te da motivo para
hacerlo” .
Cuando empezó a
sentir las vibras de la adolescencia, creyó
que era necesario ,conocer a su
padre, a aquel en cuyos ojos nunca había
sido expresada, aquel en cuyos labios
nunca su nombre había sido pronunciado ,
aquel en cuyas manos su rostro nunca
había sido palpado .
La enfermedad había
consumido y deteriorado a aquel varón que justificaba ser su padre. La vida le
estaba presentando la oportunidad de perdonar al hombre que la engendro.
¿Desperdiciar la oportunidad? muchos lo harían, pero ella no , se tragó el
orgullo y el rencor que la embargaba , y llena de gracia embargo la mirada de
aquel anciano y acabado ser . El rostro de su hija desconocida fue lo último
que visualizo.
“Nunca deje de trabajar por los míos,
mi madre mama se había recuperado por completo de su mal , pero su avanzada edad no le permitía
laborar, las puertas siempre se cerraban cuando observaban su hermoso y acabado
rostro”
Cuando Marta , sintió el extraño placer de la
juventud ,se dio cuenta que era necesario contar con un compañero . Se casó,
tuvo ocho hijos, al parecer una pronunciada familia.
Hernán (su esposo) y ella, se esforzaban por mantener a sus
prodigios .
El hecho de que ella y el no ejercieron alguna carrera
profesional, no fue el impedimento para que obtengan el alimento diario.
Las desveladas, preparando el desayuno en el mercado, cargar las pesadas cajas de frutas a diario,
lomear y regar los cultivos, le enseñaron que no hay nada que no se pueda
lograr. Cada gota de sudor , fue la muestra de su empeño por ser madre. Cada
beso y abrazo ,que a diario recibía de sus hijos , fue el regalo mas grande que
la alababan , los logros de sus pequeños
que hoy lucen ser grandes era su recompensa .
“Llegan días ,donde no encuentras nada en la cacerola , y sabes
que solamente lo conseguirás en el campo”.
Madre , es aquella que no encuentra impedimento alguno para
lograr que sus hijos reciban lo necesario.
Hay momentos que duelen tanto como el parto, pero que en un
instante mueren con un abrazo, . Martita , como la llamaban ,mi madre, nunca encontró
un obstáculo que con esfuerzo y la ayuda de Dios no pudiera lograr. Aquella
mujer es llamada hoy bienaventurada.
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