Cuando cumplió 11 años se dedicó al
trabajo agrícola .
“EL TRABAJO ES
EL ÚNICO CAMINO DE SUPERACIÓN”
La Gerencia Regional
de Agricultura estima que hay 4150 hectáreas (ha) destinadas para la siembra
del ajo en la región Arequipa. En promedio, cada hectárea produce más de
13 mil kilos. Su descenso dependerá del clima. El costo de producción por
ha oscila en S/22 mil, según estimaciones de la Gerencia de Agricultura. Es
decir, Arequipa produce más de 53 mil toneladas. Los terrenos más fértiles para
la cosecha de Ajo y cebolla se encuentra
en Tiabaya, Sachaca y parte de Zamácola. Una oportunidad para los
agricultores.
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En
el Perú, actualmente hay seis regiones donde los trabajadores agrícolas
dedicados a la agricultura familiar representan más del 50% y en otras siete
superan el 30%, según el ministerio de Agricultura (Minagri).La tasa de pobreza
en zonas rurales del país es mucho más alta que la tasa en zonas urbanas,
es por eso que la mayoría de los habitantes de las zonas rurales viven de
la agricultura y buscan realzar la economía
a través de este sector. Las campiñas de Tiabaya y Sachaca, representan la
oportunidad laboral para empresarios de
la agricultura arequipeña.
Después
de enterarse que no podría continuar sus estudios por falta de recursos
económicos, a sus 9 años Paulina Quispe
Mamani decidió incursionar en el trabajo doméstico. A pesar de que pertenecía a
una pequeña familia de 3 integrantes, la falta de una imagen paterna llevo a
que tome la responsabilidad de sustentar su hogar. La agricultura siempre estuvo
entre de sus mejores opciones laborales, sin embargo la inversión monetaria que
se requiere no alcanzaba para cumplir sus más ansiados deseos.
Con
reconocimiento en mano que certificaba “primer lugar en merito escolar”, , Palito
como la llamaban desde pequeña, se despide de su alma mater, I.E San José ,
ubicado en el distrito de Tiabaya. “Recuerdo haber derramado lágrimas, porque
mi sueño era estudiar Agronomía y titularme como una de las mejores
profesionales de Arequipa” manifiesta Paulina.
En el año 1980, cuando cumplió 11 años, decidió
dedicarse al trabajo agrícola. “Las cuadrillas” ( son el grupo de obreros
agrícolas (varones y mujeres) que salen que trabajar fuera de la ciudad en cultivos de
ajo y cebolla, se constituyen así como viajes de trabajo que duran de 3 a más días); marcaron el inicio
de su adolescencia, puesto que incluía dormir bajo chozas, comer hasta dos
veces al día , trabajar más de 8 horas bajo el intenso frio o calor. “Los jefes
de las cuadrillas siempre requerían gente joven, tenía 11 años, decía que tenía
15, es por eso que me recibían, mi madre necesitaba comer” Añadió entre lágrimas
Quispe Mamani..
PROGRESO:
Con
los primeros ingresos que generó´, empezó la construcción de la casa de su
madre, Sra. Jacinta Mamani. El deseo de tener su propio terreno y cosechar en
topos propios aún permanecía en su mente; Alquilar un terreno para una cosecha
de Ajo o cebolla a lo largo de 8 meses ,
es invertir cerca de 10 00 mil soles , una cantidad considerable para una joven que sostenía un
hogar y ganaba hasta 15 soles al día.
SUEÑOS CONGELADOS POR 20 AÑOS.
A
sus 19 años, conoce a su esposo, quien
se constituye padre de sus hijos., se convierte en madre. El trabajo se había
duplicado, queda para sostener dos hogares.
El
deseo de cosechar y apoyar en el crecimiento de la economía a través la
agricultura aún permanecía.
Pasaron
28 años para que para que retome el trabajo en las cosechas. Sus sueños
parecían haberse detenido. Sus 8 hijos fueron el apoyo para que cumpla sus más
grandes anhelos.
“Durante
los 20 años, me dedique a trabajar en diversas labores, a necesidad y el amor
y el deseo de alimentar a tus hijos fue lo que me motivo
para salir adelante” Sostuvo Paulina Quispe
UN GRAN INICIO
Tiabaya: Desde
el 2016 Paulina Quispe decidió apostar
por la siembra del ajo. El primer año
sin duda no fue bueno, puesto que invirtió más de S/15 mil y apenas
recuperó lo invertido. Es necesario resaltar que a finales de ese año la venta
del ajo cayó hasta en S/ 2.00 el kilo,
Pero
al año siguiente, 2017, los envíos de
ajo al extranjero repuntaron, sin embargo realizo apunto por la venta local. La
hectárea de tierra que alquiló en el distrito de Tiabaya le generó más de 15 mil kilos, cuyo costo se
mantuvo entre 4 y 6 soles el kilo, de ahí no bajó. Este año alquiló media
hectárea más, aunque sabe que el costo de producción también incrementará. “Más
vale perder en el intento, que lamentarse por nunca haberlo hecho” entre risas sostuvo.
Según
datos del Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo por medio de su Oficina Comercial del Perú en Sao Paulo
(OCEX Sao Paulo) en 2017 la exportación
creció en 14% con 1477 toneladas enviadas a comparación de 2016, cuando apenas
se vendió 97 toneladas.
INCREMENTAN ESPECTATIVAS:
Paulina Quispe Mamani (49),(lado derecho) |
Arequipa,
ciudad Blanca, es la principal región del país que produce ajo. En 2017,
el representante de la Junta de Usuarios del Chili Regulado, Juan
Álvarez, explico en un informe del ministerio de Agricultura que durante ese
año se amplió en 10% la producción de
ajo. De unas 7 mil hectáreas sembradas, el 40% está dedicada a dicho cultivo.
Así mismo añadió que se vendieron varias cosechas a precios estables,
dejando ganancias considerables por la exportación.
Este
año la cosecha cuesta un poco más, el ajo actualmente cayó a precio de s/. 1 .50 . “Pensé vender la cosecha que hay
en el distrito de Sachaca, al mercado local, pero el precio no conviene, es por
ello que me arriesgue y lo enviaremos a
Brasil.” Manifestó Paulina Quispe.
“El
año pasado se vieron precios estables y dejó algo de ganancias por la
exportación, es por eso que ahora los agricultores dejaron de sembrar un poco
de cebolla y cosecharon ajo. Sé que costará un poco más, pero nos estamos
arriesgando””, dijo. Se está sembrando ajo en Tiabaya y Sachaca. El ajo es un producto que no perece
rápidamente y después de su cosecha puede esperar hasta 5 meses, esto si se
guarda con las respectivas recomendaciones.